Cuando Gracia y yo nos planteamos el nuevo espacio de coworking, decidimos también realizar algunas mejoras en cuanto a la red local y su conectividad.

Una red local deficiente puede ocasionar muchas frustraciones – y no necesariamente sale mucho más barata que una buena red. No soy amigo de los falsos ahorros. Llevo más de 20 años trabajando con redes, y posiblemente sea mas maniático con el tema que el usuario promedio 😉

En primer lugar, decidimos contratar un servicio de acceso a Internet de mayor velocidad (100 megabits por segundo de bajada, 10 megabits por segundo de subida), para maximizar el ancho de banda disponible para cada coworker y facilitar el uso de aplicaciones que se ejecuten en servidores externos. En casos de contingencia hay conectividad por otra vía (pero a menor velocidad).

Aparte de la conectividad Wifi para todo el espacio (para los teléfonos móviles, tablets y portátiles que no traigan puerto Ethernet), se instaló una red de cableado estructurado que proporciona dos puntos de red Ethernet para cada puesto de trabajo. Esto nos permite ofrecer en cada puesto diferentes alternativas:

a) dos puertos Gigabit Ethernet
b) un Puerto Gigabit Ethernet y otro Puerto Ethernet 10/100 con Power over Ethernet (para colocar y alimentar dispositivos tales como teléfonos IP). Los teléfonos IP incorporan también un pequeño switch Ethernet de dos puertos, por lo cual se puede conectar otro ordenador (u otro dispositivo) aún si se utiliza el teléfono.

Pensamos también en el caso de grupos de 2-3 coworkers que trabajen juntos y tengan requerimientos de red más particulares: podemos habilitar VLANs para ellos, y para quienes lo necesiten también podemos configurar acceso remoto por medio de su propia red privada virtual (VPN).

Entendemos que no todo coworker tiene exactamente los mismos requerimientos de conectividad, pero sí nos interesa poder ofrecer una gama relativamente amplia de opciones que permita satisfacer la mayoría de los potenciales requerimientos.