Problemas en la oficina: Cómo solucionar un conflicto sin perder los papeles (Ni el trabajo)
«La mala comunicación puede hacer de la belleza, tragedia. La buena comunicación puede hacer de la tragedia, belleza.» Leandro Taub
Todas las oficinas son diferentes, pero hay una serie de cosas a las que la mayoría de la gente tiene que hacer frente con cierta frecuencia – ya sea convencer a un cliente de que siga tus consejos o solucionar un conflicto con un compañero. Al igual que todas las oficinas (o los espacios de cowork) son diferentes, las personas que las ocupan también lo son y dependiendo de tu personalidad estas tareas pueden resultarte fáciles de llevar a cabo o un esfuerzo hercúleo.
Por ello he recopilado una serie de trucos para manejar mejor estas situaciones difíciles e incómodas del día a día. Si bien no harán que las conversaciones sean de por sí más fáciles, al menos tendrás las herramientas apropiadas para mantener el control de tí mismo y encauzar el debate hacia un acuerdo satisfactorio para ambos.
Lo primero que hay que hacer es aceptar que el conflicto es normal e incluso necesario a la hora de tratar un tema serio – si nos limitáramos a contentar a la persona con la que debatimos para evitar discusiones no nos aportaríamos nada. ¿Qué hacer si ese conflicto resulta en un problema o una discusión? No es el fin del mundo. Puede que sea el primer encontranazo que hayas tenido con ese coworker, pero estoy segura de que no será el último bache que te encuentres en el camino. La clave está en no dejar que un momento frustrante se convierta en un hecho que puede desbaratar tu trabajo, el ambiente laboral o directamente una relación de trabajo.
En esos momentos, por muy molesto que te encuentres, no puedes simplemente dejarte llevar por la rabia:
- Recuerda cual era tu objetivo principal cuando empezasteis la conversación.
- Tómate tu tiempo para pensar en lo que quieres decir y sé directo.
- Habla con tranquilidad y acepta que cada idea puede tener varios puntos de vista.
- Establece tu perspectiva, pero preocúpate por saber cuál es la suya.
- No intentes buscar culpables en la situación, gastarás demasiada energía alimentando el conflicto en lugar de solucionar el problema.
- Ante todo reconoce que es posible que la otra parte lamente haber empezado a discutir, incluso puede que seas tú el que ha provocado esa situación.
Empezar esta conversación no es fácil, te sientes nervioso y dudas de qué hacer para devolver las aguas a su cauce, pero si sigues estos consejos, verás que a la larga merecerá la pena.